No eres así, ¡haces!

No eres así, ¡haces!

No eres así, ¡haces!

Yo es que soy impuntual, yo es que soy tímido,… “yo es que soy así y a estas alturas ya no voy a cambiar”.

No, no eres así. ¡Haces así!
Los demás no son así, ¡hacen así!

Y, si podemos hacer “así” pues, también…

 podemos hacer “asá” y es que es una cuestión de comportamiento y no de personalidad o carácter como algunos creen.
Se trata de hacer, se trata de hábitos y, sí, estoy de acuerdo en que puedes llevar ta y tantos años haciendo algo pero no, no eres así.

¿Eres tímido?
¿Eres impuntual?
¿Eres malo/a para las tecnologías?

¿?

¿Lo has revisado? ¿Eres así o es un cuento que te creíste o te hicieron creer en su día?

Y es que decir o creer “soy así” no da lugar al cambio, es como que justificamos nuestro comportamiento y lo que se debe esperar de nosotros. Pues si soy impuntual y además ya lo sabes, es evidente que llegaré tarde. No, no eres impuntual, has llegado tarde.

Es una forma de hablar equivocada donde confundimos el verbo “ser” con “hacer” y que limita nuestras posibilidades y, las de los demás en el caso de que etiquetemos a los demás.

Que,… ¡creemé! Quien más quien menos, lo hemos hecho por una mera cuestión de que nos viene de serie como método que garantizaba nuestra supervivencia. Veíamos un león comiéndose a una gacela y etiquetábamos: el león es peligroso y fiero.

En algunos de mis talleres y conferencias he preguntado a la audiencia: “si hubiese llegado tarde hoy, ¿soy impuntual?” La mayoría afirma que NO y alguna o algunas pocas personas que sí”.  Lo justifican diciendo que podría ser que hubiese cogido tráfico, no saber bien dónde estaba el sitio al ser la primera vez que venía, no haber sido fácil aparcar,…
Y a continuación continúo: “y,… ¿si ya es la tercera vez con vosotros que llego tarde?, ¿soy impuntual?”. Aquí sucede al revés que antes y hay una mayoría que afirma que SÍ y algunos pocos que no.

Y en una última cuestión ya no hay ninguna duda cuando sigo: “y, ¿si fuesen ya 20 veces que he llegado tarde con vosotros?”

Entonces sí que eres impuntual Verónica. Alguna vez he oído eso de: “¡ya no tienes remedio!

Muy subjetivo esto ¿no?

Pues NO. No soy impuntual. Vale que he llegado 20 veces tarde y entiendo que puedan llamarme “impuntual” es una forma de hablar. Así pues, si yo quiero ser puntual mañana o de aquí 21-31 días, -que es lo que dicen los expertos que es el tiempo que conlleva adquirir un nuevo hábito o modificarlo– es cuestión de hacer lo que hacen esas personas que llegan a la hora o incluso pronto y etiquetamos como “puntuales”:  ponerme el despertador 20 minutos antes de lo que suelo hacerlo, levantarme a la primera alarma que suena y nada de 5 minutitos más durmiendo , haberme preparado todo el día anterior, haber mirado la ruta para llegar y lugares para aparcar o alternativas de transporte público  (o bici, según el caso), salir de casa con tiempo suficiente, …

Así llegaré a la hora y quizá la persona que espere piense: “¡Qué puntual!”

No es por lo que el otro piense sino que fíjate que la etiqueta ha cambiado completamente. Y yo te pregunto, pero… ¿no era impuntual?

 

Es una forma de hablar. Y esta forma de ver las cosas tiene muchísmas ventajas y puedes aplicarlo tanto en ti mismo como en los demás.

Habrás oído aquello de atacar al hecho y no a la persona en aquello de la comunicación asertiva y es que si una persona llega tarde, no es tardona o impuntual sino que ha llegado 10 minutos más tarde de la hora en la que habíais quedado. Dile entonces: habíamos quedado a las 9 y has llegado a las 9 y 10minutos.

 

Solemos etiquetar a los demás por lo que vemos que estos hacen  y ¡ojo! que seguramente tengamos etiquetas sobre nosotros mismos de lo que en alguna ocasión otros nos han dicho.
Otro tema interesante es que esas etiquetas hablan más del que las pone que del otro.

¿Eres así o haces así?

¿Cuánto de verdad hay en eso que crees ser?

 

Una de las preguntas más difíciles que hacemos en coaching es esa de : ¿quién eres?

Te animo a ver un vídeo de Elsa Punset que explica muy bien sobre la identidad y empieza preguntando:
“¿quién eres? ¿qué te hace distinto a los demás? ¿qué te hace único como persona? Eso tan difícil de definir es la identidad, es decir, aquello que pensamos sobre nosotros mismos

Muchas veces confundimos quienes somos con quienes creemos ser o quienes deberíamos de ser.

De ahí que al presentarnos digamos cosas como: “soy la mujer de,  soy la hija de, soy el hermano de, soy psicóloga, soy abogada, soy administrativo, soy empresario,… “

Y no somos ni nuestro trabajo ni nuestras relaciones con los demás. Somos personas que hacemos cosas.

Robert Dilts hace un gran aporte a la PNL con la pirámide de niveles neurológicos y que me sirve en este caso para explicar que nuestra identidad o ese quiénes somos no lo forma únicamente el trabajo o lo que hacemos sino también el ambiente, los comportamientos, las capacidades, las creencias y los valores. Profundizando un poquito más iríamos a incluir la misión y la visión.

Si has nacido en valencia, eres valenciano. Si tienes estudios de psicología, eres psicólogo.  Si tienes el pelo negro, eres moreno. SI llegas tarde, eres impuntual. Si como niño pintaste en las paredes o pegabas a los niños, eras malo. Si no haces lo que digo y te sales con la tuya, eres un listo.

¿Son todas ciertas?

Algunas son hechos otras son juicios u opiniones.

No eres así ocurre que en base a lo que vemos que los demás hacen, les etiquetamos y,

  • Si llegan tarde, son impuntuales.
  • Si suspenden varias veces una asignatura, son malos para esa materia.
  • Si no saludan o no piden las cosas por favor, son maleducados.
  • Si no hacen caso y van a la suya, son unos rebeldes.

¿Sigo?

Tomemos conciencia, ¡cambiemos el chip!

Podemos ampliar las posibilidades de desarrollo personal/profesional con un sencillo cambio en la forma de hablar.

Es cuestión de entender que es una forma de hablar nuestra o de los demás pero…

…no somos así sino que hacemos cosas.

Nos comportamos de cierta forma y podemos hacerlo de muchas otras.

Al final se trata de ver cómo podemos obtener mejores resultados tanto individuales como en equipo.

 

¡NO ERES, HACES!



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