Me engañan, me toman el pelo, piensan que soy tonto

Me engañan, me toman el pelo, piensan que soy tonto

Me engañan, me toman el pelo, piensan que soy tonto

¿De qué van? – podría pensar más de uno.

Hay personas que sospechan, desconfían de los demás y suelen pensar mal sobre el motivo real por el que otros hacen o dicen ciertas cosas.

Y, por otro lado, ¡sí!, quizá algunas que están en los mundos de Yupi, tan felices e ingenuas que no ven ni se les ocurre pensar que quieren aprovecharse de ellas.

¿Eres de las primeras o de las segundas?

En cualquier caso, una cosa es observar y otra muy diferente interpretar.

Esta última lleva a conclusiones precipitadas y muchas veces erróneas.

¡Qué importante diferenciarlas!

Y es que, de no hacerlo, caeríamos en el error de hablar de opiniones y no de hechos.

Los primeros son algo subjetivo y, lo segundo objetivo.

Y en este punto, es importante hablar de percepción, de cómo percibimos el mundo e interpretamos aquello que nos rodea y recibimos por nuestros sentidos: gusto, olfato, tacto, vista y oídos.

Pondré algunos ejemplos con frases tipo:

  • Es que es un trepa y un pelota.
  • Lo hace para salirse con la suya.
  • Sabe muy bien el procedimiento pero se hace el tonto.
  • Ha soltado ese comentario a propósito para dejarme mal.

Ojito a cómo nos envenenamos nosotros mismos ante situaciones que igual nada tienen que ver con estas etiquetas y resultados inferidos debido principalmente a sesgos cognitivos.

Para separar la interpretación de la observación debemos preguntarnos:

¿qué vemos?

  • Del juicio: Es que es un trepa y un pelota.

Veo que llega pronto al trabajo, visibiliza sus resultados, propone mejoras al responsable, mantiene conversaciones con los superiores de la empresa,…

Y de ahí deberemos de seguir preguntándonos:
¿todas las personas que hacen esto son (unos trepas y unos pelotas)?

¿es o hace?

¿esto ocurre así en Valencia, en Madrid, en España, en Reino Unido, en EEUU, en Alemania, en India,…?

¿Ves la diferencia?

Observar y extraer aquello que todo el mundo vería añadiendo hechos, datos y números es algo objetivo.

Observar y extraer nuestras propias conclusiones con opiniones, juicios y creencias es algo subjetivo.

Observar es a través de los sentidos con lo que directamente vemos, olemos, oímos, tocamos o sentimos.

Interpretar es una elaboración mental a partir de esas observaciones.

Sería como en esta imagen seguida por el intercambio de frases de:

  • Eres un “#@–]+*jho>”
  • “No es lo que parece”
  • Ah! ¿Nooo?

Este hombre, que tiene un cuchillo en la mano izquierda y un gato en la derecha, recién lo han pillado “in fraganti” y podría parecer que acaba de matar al animal aunque, en realidad, lo rojo del suelo, es salsa de tomate que se ha caído de un cazo que estaba en el fuego.

Si tienes dudas sobre algo, pregunta a los demás:

  • ¿qué ocurre?
  • ¿hay algo que debería saber?
  • ¿qué pretendes exactamente?
  • ¿con qué intención lo has dicho o hecho?

Habla las cosas con la persona en cuestión y…  deja de malpensar de los demás o de sacar conclusiones equivocadas.



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